domingo, 29 de mayo de 2016

Semana Santa en Portugal (III)

Día 6: Guimaraes
Amanece muy nublado y con aspecto lluvioso por lo que cambiamos de planes y en lugar de ir a la Serra de Peneda Gêres bajamos de nuevo hacia el sur y concretamente a Guimaraes, ciudad medieval declarada Patrimonio Mundial por la Unesco.
Guimaraes
Sobre las doce de la mañana llegamos a través de carreteras secundarias, evitando el peaje y disfrutando del paisaje verde y de los pueblitos que cruzamos con sus hórreos típicos y sus granjas llenas de animales. Guimaraes es un entramado medieval de calles con suelo adoquinado, que conducen hacia la parte alta del pueblo donde está ubicado el Paço dos Duques de Bragança. A su paso terrazas con gente tomando vino y comiendo así como las tradicionales pastelarias que ofrecen dulces típicos de Guimaraes como el tocino de cielo y dulces conventuales a base de ovos.
Para variar un poco el menú comemos en un restaurante vegetariano llamado  Cor de Tangerina donde nos sorprende sus platos para bien. Enfrente tenemos el Paço dos Duques de Bragança que acoge en su interior un mercadillo medieval con puestos de comida (mayoritariamente dulces) y juegos tradicionales de madera, zancos, cuerdas... Un poco más arriba el Castelo al que se puede entrar sin pagar y darte una vuelta por sus torres y almenas.
Paço dos Duques de Bragança
Detrás del castillo hay un parking al que trasladamos la furgoneta con intención de quedarnos a dormir pero no se puede estacionar de nueve de la noche a siete de la mañana. Se pone a llover muy fuerte y como tenemos que mover de allí la furgo aprovechamos el mal tiempo para viajar y conducimos hasta Coimbra, durmiendo en el camping que está a las afueras de la ciudad entre césped y parcelas de eucaliptos que le dan un olor muy especial.


Día 7: Coimbra
Coimbra
Al otro lado del camping hay un supermercado Pingo adonde acudimos para desayunar en uno de los últimos días que nos quedan. A continuación nos dirigimos hacia la Plaça de la República y aparcamos la furgoneta al lado del parque de Santa Cruz en una calle adoquinada entre casas burguesas del siglo XIX, la mayoría de ellas deterioradas, otras abandonadas y algunas, las menos, en proceso de rehabilitación. Desde allí vemos las escaleras que suben a la plaza Don Dinis y como nos asustan un poco decidimos rodearlas y bajar hacia el mercado donde hay un elevador que cuesta 1,60 € por persona. Nos aventuramos entonces entre callejuelas que nos llevan al barrio de los estudiantes de calles empinadas y pintados muros en casas muy deterioradas. Vemos una República (casa de estudiantes) que parece una casa ocupa y tiene como decoración diversos objetos colgados de sus balcones. Al lado de ella el museo nacional Machado de Castro que tiene un patio con unas vistas del río y de Coimbra muy curiosas.
Universidad de Coimbra
Al otro lado de la calle la Sé Nova y desde aquí llegamos a la plaza Don Dinis con su monumental estatua, para entrar a continuación por la Porta Férrea en el patio de la universidad que es impresionante, con unas vistas preciosas del río. Desde aquí vemos un parque al otro lado del río con un parking para autocaravanas. Seguimos nuestro paseo descendiendo hasta la Sé Velha, catedral que parece una fortificación por su fachada almenada aunque de estilo románico. Continuamos bajando hasta la puerta Almedina o puerta morisca de la ciudad, a través de la Rua Quebra Costas (calle rompecrismas) entre tascas que te ponen Ginja en vasito de chocolate, tiendas para turistas, una casa de Fado y restaurantes... desembocando en el barrio llamado Baixa. Nos acercamos a la Praça do Comercio y buscamos entre callejuelas el restaurante Adega Paço dos Condes, una taberna tradicional barata, con multitud de platos de excelente calidad, pescados y carnes a la parrilla, y dulces típicos como el molotov y la baba de camelo.
Regresamos sobre nuestros pasos para recoger la furgoneta y dirigirnos con ella al parking de autocaravanas al otro lado del río Mondego; al llegar descubrimos allí un museo interactivo de ciencia para niños llamado Exploratio. Álvaro yo pasamos allí un par de horas antes de cerrar y volver a la furgo para descansar y cenar.

Desde el parking de autocaravanas

Día 8: Coimbra - Ladoeiro
Amanece con un sol estupendo que se mantiene mientras deyunamos junto al convento de Santa Clara. Pasamos delante de la exposición Portugal Pequenitos pero no entramos porque nos apetece más callejear otro poco por Coimbra antes de comer e iniciar el regreso a España pasando antes por el pueblo de una amiga, cerca de Castelo Branco, donde pasamos la tarde con su familia y al día siguiente rumbo a Madrid. La última imagen que tengo en la retina de Coimbra es está foto que os dejo a continuación:

Coimbra y el río Mondego


viernes, 27 de mayo de 2016

Semana Santa en Portugal (II)

Día 3: Braga
Llegamos a Braga la noche anterior y aparcamos muy cerca del centro en un aparcamiento de un supermercado Pingo que está fuera de la zona de pago. Desayunamos en su cafetería y nos ponemos morados por muy poco precio, café delicioso, croissants y pastelitos de nata.
Casco Histórico de Braga
No movemos la furgo y nos vamos andando al centro. Nos encontramos con una ciudad llena de iglesias, con un casco histórico peatonal donde abundan las tiendas y los monumentos junto a cafeterías y pastelarias. Nos llama la atención la música clásica que sale de unos altavoces en las calles. Entre paseo y paseo un cafecito a media mañana y pastel de nata que degustamos al sol de una terraza frente a la Sé. Y seguimos paseando hasta la hora de comer, nos dirigimos a la taberna Felix, recomendada en nuestra guía de Portugal y con razón. Yo tomo un bacalao a Minha Moda y Raúl un arroz de pato típico de Braga,y para terminar unos postres espectaculares. Tarde en la furgo tocado la guitarra, leyendo, viendo una película y descansando del turismo de la mañana.

Día 4: Braga - Viana Do Castelo
Nos dirigimos al santuario del Bom Jesus a las afueras de Braga.
Subimos por las escalinatas de mármol blanco y damos una vuelta por los alrededores de la iglesia donde nos encontramos con senderos para caminar, varias grutas artificiales, un par de hoteles y un lago artificial con unas barcas semiabandonadas.  

Embarcadero

Descendemos la escalinata y ponemos rumbo a Viana Do Castelo, la joya de la costa verde. Acceder al centro es casi imposible así que aparcamos detrás del hospital y bajamos al centro a través de unas calles empinadas y empedradas que nos llevan directamente a un pueblecito de casas de pescadores y callejuelas plagadas de tiendas y pastelearais.
Plaza de la República. Viana Do Castelo
Buscamos el antiguo barrio de pescadores y concretamente la calle que va al Castelo donde se ubica la Taberna Valentín especializada en pescados y guisos de pescado. Comemos una caldeirada de pescado riquísima servida en una olla de cobre. !Y como no! postres espectaculares. Paseo por el fuerte para bajar la comida, seguimos por el casco histórico hasta acceder los palacios de la Plaza de la República, calles entoldadas de morado junto a calles alfombradas del mismo color. En la ribera del río encontramos unos columpios para Álvaro que por fin encuentra algo que le gusta. Y para pasar la noche nos dirigimos a una de las playas a las afueras de Viana Do Castelo. Aparcamos a unos dos kilómetros en la Praia Norte y vemos la puesta de sol antes de la cena y película en Manuelita.

Día 5: Ponte De Lima
Nuestra intención era llegar hasta la Serra de Geres, pero el tiempo no acompaña mucho para andar por la montaña, así que decidimos parar primero en Ponte De Lima y descubrimos un pueblo precioso a la orilla del riño Limia, con un puente romano bien conservado y que le da un encanto especial a esta villa medieval con muchos vestigios romanos. Aparcamos la furgo en un parking al lado del río y enfrente del casco histórico. A la orilla del río se encuentran los romanos de la leyenda que creyeron que el río era el Lethes y que cruzándolo se olvidaban de sus pecados.

Puente Romano sobre el río Limia

domingo, 15 de mayo de 2016

Semana Santa en Portugal (I)

Día 1: Madrid - Oporto
Parador de Turismo. Ciudad Rodrigo
A las diez de la mañana ponemos rumbo a Oporto. Nuestra primera parada será en Ciudad Rodrigo buscando un lugar para comer en el casco histórico, que está lleno de gente tomando el aperitivo, después de la misa del domingo de ramos. En la plaza mayor descubrimos el bar Arcos, comida casera y muy rica. Después de un breve paseo por la muralla y por la Torre del Homenaje que perteneció al antiguo Alcazar, hoy convertido en Parador de Turismo, regresamos a la furgo para continuar viaje hacia Portugal.
Sobre las seis de la tarde decidimos hacer una parada en Visseu para estirar un poco las piernas y comer algo.

Catedral de Visseu
Después de un café delicioso paseamos por la calle Dreita que está abarrotada de comercios, hoy cerrados porque es domingo. Callejuelas estrechas y casas con azulejos que suben hasta la catedral donde están preparando un evento de Semana Santa, con tres cruces sobre un escenario en el que probablemente a la noche haya alguna representación religiosa. La catedral es grande e impresiona por dentro con sus naves y sus imágenes un tanto tétricas ya preparadas para las procesiones. Bajamos por otra calle también de comercios para volver a la furgoneta y seguir hacia Oporto adonde llegamos sobre las nueve de la noche para tomar unas cervezas por detrás de la catedral y buscar un lugar tranquilo donde dormir en un barrio cercano al puente de la Arribada donde viene un amigo nuestro.

Día 2: Oporto
Al lado de donde hemos aparcado para dormir hay un supermercado Pingo Doce que tiene una pequeña cafetería, donde desayunamos un café con un pastelito de nata delicioso.
Oporto
Como no queremos mover la furgo vamos al centro en autobús, el cual nos deja en la Plaza da Libertade desde donde subimos hacia la Torre de los Clérigos para callejear después sin rumbo fijo. Pasamos ante la librería Lello, la de Harry Potter, abarrotada de gente haciendo cola para comprar la entrada y para visitarla después. Volvemos a la la plaza y cruzándola seguimos caminando hasta llegar a una calle peatonal llena de comercios donde descansamos en la cafetería que debe ser muy famosa por la gente que hay haciendo cola para entrar, nos sentamos en la terraza porque ahí no hay nadie. Desde aquí llegamos a través de callejuelas y casas con azulejos a la catedral.

Oporto
Cruzamos el puente para admirar las vistas de Oporto desde lo alto y desde Gaia. Bajamos por unas escaleras hacia el río que cruzamos de nuevo por el puente para ir volviendo por los muelles hacia la furgoneta. Nos dirigimos hacia el mercado Bom Suceso a comer, donde ya estuvimos el año pasado y del que nos trajimos un buen recuerdo. Mercado antiguo reconvertido en pequeños puestos de comida y restaurantes con comida para todos los gustos, desde puestos de gourmet, comida italiana, bebida y repostería portuguesa, sushi, tapas españolas... un lugar muy agradable para degustar distintos platos y comerlos en las mesas que están por allí diseminadas.

jueves, 7 de abril de 2016

Costa de Bizcaia en julio (V)

Día 14: Parque Urkiola. Subida al Anboto
Subimos al puerto de Urkiola y aparcamos detrás del santuario, lugar donde empieza la ruta que vamos a hacer hacia el Urkiolamendi.

Subida a Urkiolamendi

Una vez allí continuamos hacia el collado de Azurtxa y desde allí subimos hasta el collado de Zabalandi, pero antes de llegar nos encontramos con un sendero que sube al pico Anboto entre rocas y al que hay seguir a través de los hitos que a veces van desapareciendo.

Pico Anboto desde Urkiolamendi
Cuando conseguimos llegar al pico disfrutamos de unas vistas estupendas. Comemos allí arriba nuestros bocadillos y descendemos entre cabras, caballos, y vacas hacia el parking, donde vamos a quedarnos a pasar la noche.
El regreso a la furgoneta lo hacemos bordeando el Urkiolamendi por un sendero mas llano aunque da un poco más de vuelta.
En el complejo alrededor del santuario hay un par de restaurantes y de hoteles, allí nos dirigimos a descansar y tomar una cerveza después de tan larga caminata.

Vistas desde el Saibi
Día 15: Parque Urkiola. Subida al Saibi
Cruzamos la carretera al otro lado del santuario para andar por ese lado de la montaña. En uno de los paneles informativos observamos la ruta del Saibi, un pico cercano y que tiene un monumento homenaje a los caidos en los bombardeos de la guerra civil sobre Guernika que esta muy cerca. Sin embargo la llegada hasta el Saibi nos pareció muy poco y decidimos seguir por un sendero para hacer una ruta circular y no volver por el mismo lado. La falta de agua y la perdida del sendero en varias ocasiones, una de ellas casi acaba con nosotros perdidos, fueron motivos de peso para dar la vuelta y volver entre tábanos y un calor asfixiante. Las vistas desde el Saibi merecen la pena pero la continuación no es recomendable.

Día 16: Bilbao
De camino a Madrid decidimos parar en Bilbao para echar un vistazo al Guggenheim, que aunque ya lo conocíamos no habíamos visto aún la araña que han puesto recientemente  por fuera y siempre hay alguna exposición temporal que merece la pena, como fue nuestro caso. Llegamos a la hora de comer y entramos al museo por la tarde, vimos dos exposiciones sin agotarnos demasiado que luego había que conducir de regreso a casa.



miércoles, 6 de abril de 2016

Costa de Bizcaia en julio (IV)

Día 11: Zumaia
Amanece lloviendo y con una niebla que apenas te deja ver la montaña. vamos hacia Deba pero no encontramos modo de aparcar por lo que continuamos hasta Zumaia.
Costa de Zumaia
Mañana muy lluviosa que aprovechamos para hacer compras de comida y hacer turismo gastronómico. La vinoteca Idoia nos sirve de refugio de la lluvia entre vinos y pintos. Salimos para comer en otro sitio pero está lleno de gente así que volvemos a Idoia y comemos allí un rodaballo salvaje delicioso, después siesta en Manuelita y sobre las 18:00 nos acercamos al centro de interpretación de Aigorri que supone una decepción porque está fatal explicado y la mitad de las cosas no funcionan. Sigue lloviendo pero decidimos seguir la visita así que subimos a la Ermita se San Telmo desde la que hay unas vistas preciosas de los acantilados. Caminamos por un sendero que lleva a la punta del Aigorri y desde ahí descendemos por un camino lleno de barro hacia los famosos Flysch. Regreso a la fugo que la llevamos hasta el aparcamiento de autocaravanas en el puerto donde pasamos la noche.

Dia 12: Zumaia - Zestoa
Amanece nublado después de una noche de lluvia intensa, hecho que aprovechamos para dar un paseo por el espigón del puerto todo a lo largo de la desembocadura del río Urola. En la punta del espigón un panel explicativo de las montañas y de las poblaciones desde el cabo Matxitxaco que se observa desde aquí. Comemos en Justa Taberna al lado de la iglesia, comida casera buenísima y abundante, te sacan la fuente de comida para que repitas y te aconsejan sobre lo que tienen. Sidra vasca para beber y unos postres caseros deliciosos y todo por 13 euros el menú.
Zestoa
Por la tarde cogemos la fugo para ir hasta Zestoa y entrar en el balneario. Cuando llegamos apenas queda tiempo ya que cierran a las 18:00 pero contratamos un tratamiento para el día siguiente y nos vamos al pueblo a dar una vuelta por las afueras ya que el entorno es maravilloso entre verdes valles y montañas. El puente antiguo que conduce al lavadero y al palacio de Lili, al lado derecho del puente y un camino que va por loas antiguas vías del tren hacia la izquierda y que lleva también al balneario, son dos paseos que nos ocupan toda la tarde mientras buscamos un lugar que nos guste para dormir. Finalmente elegimos en la antigua estación de tren de Zestoa que ya no funciona y está al do del balneario y de la ruta por las vías del tren.

Antigua estación de Zestoa


Día 13: Balneario de Zestoa - Durango
Pasamos la mañana en el balneario con el tratamiento contratado, exfoliante, arcillas, masaje, bañera de hidromasaje y piscina de chorros a la que dejan pasar a Álvaro.
Paisaje de Zestoa
Altamente recomendable para relajarse y disfrutar, la piel se queda superlimpia y muy suave, el masaje es estupendo. Volvemos a comer a Zumaia y al no encontrar abierto el Justa Taberna vamos al Idoia y terminamos esta mañana estupenda con pintxos, vinos y unas raciones. Por la tarde conducimos hasta Durango, ciudad muy pequeñita cuyo casco histórico vemos mediante un breve paseo, llueve intensamente y hace un poco de frío. Nos vamos a las afueras buscando un lugar para dormir y paramos en Izurtxun a pocos kilómetros y en dirección al Urkiola.



martes, 5 de abril de 2016

Costa de Bizcaia en julio (III)

Dia 8: Elantxobe - Lekeitio
Elantxobe
Nos despertamos mirando al mar desde el mirador sobre el pueblo de Elantxobe donde aparcamos anoche. Bajamos a desayunar al puerto desde donde podemos observar el pueblo y sus casas suspendidas en los acantilados y casi en vertical por encima de nosotros. Es domingo y el puerto está lleno de gente bañándose, tomando el sol en el malecón o pescando. Después de un breve paseo nos dirigimos a la playa de Lekeitio pero en el camino pasamos por un pueblo que nos llama mucho la atención, Ea, así que aparcamos a las afueras para ir a su playa. El pueblo tiene dos calles peatonales que terminan en la playa y en el puerto, ambos muy chiquititos y abarrotados de gente sobre todo a lo largo del malecón donde se encaraman con las toallas y sombrillas. Para bañarse hay que bajar unas escaleras que dan al mar y desde ahí nadar en un agua helada que te refresca al instante. Los más pequeños se bañan en un par de playas que hay al final de este pequeño brazo de mar. Comida en la furgo y después de un merecido descanso con lectura, música y juegos llegamos a Lekeitio sobre las 18:30 y está abarrotado. Nos cuesta encontrar aparcamiento e incluso tampoco encontramos el parking de caravanas pero finalmente conseguimos dejar a Manuelita; después en la oficina de turismo nos indicarán como llegar y allí pasaremos la noche.
Lekeitio
La playa de Lekeitio es enorme, desde ella se puede llegar a una pequeña isla paseando por un espigón recientemente construido. Como es por la tarde nos encontramos con una playa inmensa, al lado el puerto y sobre él las casas antiguas de pescadores y el casco histórico con su iglesia dominándolo todo. Esta parte aparece muy animada con gente paseando, tomando algo en las terrazas e incluso la banda ofrece un pequeño concierto en la plaza del puerto. Dormimos en el área de caravanas, allí descubrimos una toma de agua para la cual necesitas una ficha que te venden por un euro en la oficina de turismo y puedes repostar 120 litros, eso sí tienes que llevar manguera porque solo hay grifo.

Día 9: Ondarroa - Mutriku
Llegamos a Ondarroa por la sinuosa carretera de la costa para encontrarnos de nuevo un pueblo volcado hacia el puerto con sus casas de pescadores y al lado la playa desde la que también se accede a la Playa de Santurrán donde admiramos la formación geológica denominada Flysch negro. Pasamos un buen rato en la playa jugando con un skyline y Álvaro se hace amigo de dos niños. Después  le entra la morriña y quiere volverse a Madrid porque dice que no tiene amigos, un poco de cansancio y tristeza que hace de este día uno de los peores para él. Tras la comida se queda jugando en los columpios de un parque hasta que decidimos marcharnos hacia Mutriku.
Mutriku
Casco histórico antiguo, de calles estrechas y un entramado de plazas donde el turista se mezcla con la gente del pueblo. Usamos el final de la tarde en un lado de la montaña donde desde lo alto vemos todo el pueblo, el puerto y la montaña de enfrente en la que se encuentra el camping. Para dormir bajamos hasta la playa donde hay una zona para autocaravanas al lado del puerto, así que por la noche después de cenar damos un breve paseo hasta el puerto desde el cual y casi en vertical por encima de él se sitúa el casco viejo de Mutriku.

Día 10: Mutriku
Puerto de Mutriku
Desayunamos al sol en un chiringuito del puerto y abandonamos el parque de caravanas antes de las 10:00 porque a esa hora hay que pagar, sin embargo como es muy temprano podemos aparcar en el puerto al lado de la zona de baño enfrente de donde hemos desayunado. Nos dirigimos hacia el museo Nautilus que está en la parte alta del pueblo donde vemos fósiles de amonites y de nautilus que hoy todavía existen algunos. Estamos solos en el museo y la mujer que allí trabaja nos enseña un montón de fósiles y nos explica cada uno y podemos tocarlos, cogerlos, ver diferentes tipos de amonites, plantas, petróleo fosilizado, almejas...
Playa de Mutriku

Volvemos hacia el puerto para ponernos los bañadores y comemos en la playa de Mutriku; tarde de sol, baños en la playa y en la zona destinada a baños del puerto que es como una piscina gigante con olas. Sobre las siete de la tarde, ducha y paseo por el espigón mientras comemos un helado. Al volver a la furgo vemos que hay gente cenando sardinas a la parrilla en el chiringuito del puerto pero se las están haciendo ellos, para cenar hay que ir poco más allá a la Cofradía de Pescadores donde en el restaurante llamado Kofradi y en una brasa de carbón sirven chicharros y sardinas espectaculares. Esperamos un poco porque hay mucha gente pero merece la pena porque esta todo buenísimo. Y dormimos en el mismo lugar de la noche anterior.


viernes, 18 de marzo de 2016

Costa de Bizcaia en julio (II)

Día 5: Suskarrieta
Playa de Toña. Suskarrieta
El parque de la playa de Toña en Suskarrieta es tan tranquilo que dormimos hasta las diez de la mañana, momento en que empiezan a llegar chavales para jugar al beisbol y niños procedentes de campamentos de verano. Después del desayuno en un bar cercano cruzamos el puente para dar un paseo por la isla y descubrir una pequeña playa junto a un hotel y spa abandonado. Desde aquí se ve muy cerca la playa de Laida, al otro lado de la ría y los barcos van y vienen junto a los kayacs y tablas de remo. A nuestra derecha se puede ver otra isla que casi está unida debido a que está bajando la marea, hecho que permite llegar a ella a pie. Al volver a la furgo vemos un panel informativo y nos llama la atención la existencia de un conjunto megalítico y algún dolmen de montaña. No está muy bien indicado pero decidimos subir a ver si hay suerte y lo encontramos. Después de una hora y media de subida entre casas, pinos, eucaliptos, avellanos, etc... llegamos al Dolmen. Lo más impresionante las vistas sobre la ría de Mundaka, la marea está bajando y vemos como todo el agua va retrocediendo y dejando paso a la marisma y a la arena. La gente pasea de un lado a otro de la ría mientras va desapareciendo poco a poco el agua.

Ría de Mundaka
Después del Dolmen y a un kilómetro de distancia nos topamos con el conjunto megalítico, un par de túmulos funerarios que se han tapado para preservarlos del hombre y de las inclemencias del tiempo, dos enterramientos en los que no se han encontrado huesos debido a la acidez del terreno aunque sí hubo utensilios de silex y piedras decorativas en su interior.
Vuelta a la furgoneta, comida y playa, aunque ha bajado tanto la marea que los barcos están enterrados en la arena y la isla ya no lo es. Caminamos por donde esta mañana había agua para llegar a la zona de baño. Tarde de playa jugando al Uno y viendo como de nuevo el agua va cubriendo la arena, los barcos vuelven a flotar e incluso algunos ya pueden abandonar el lugar. Unas cerveceras en el chiringuito Toña antes de cenar, una película de los hermanos Marx antes de dormir y a descansar de tan largo día.

Día 6: Gernika
Un bañito en la playa de Toña antes de partir hacia Gernika.
Cuadro en cerámica
Escultura de Chillida
Visitamos la casa de juntas con el famoso árbol de Gernika, el parque de los Pueblos de Europa que alberga una escultura de Chillida y otra de H.Mooren, también vemos una reproducción del cuadro de Picasso en cerámica y después nos acercamos hasta el frontón para ver un entrenamiento de Jai Alai o Cesta Punta. De vuelta a la furgoneta pasamos por delante de un refugio antiaéreo y la fábrica de armas Astra. El refugio Astra fue construido en septiembre de 1936 para dar cobijo a los trabajadores de las fábricas cercanas.
El 26 de abril de 1937 tuvo lugar el famoso bombardeo sobre la ciudad. Gernika era el centro de una comarca campesina que contaba con un importante mercado agrícola y ganadero al que acudían los campesinos de la zona todos los lunes a vender los productos de sus huertas y ganados, aquel 26 de abril era lunes por lo que estaba la ciudad llena de gente además de contar el sector industrial con una serie de fábricas de armamento. Abandonamos Gernika para remontar el otro lado de la ría y llegamos en apenas cinco minutos al Urdaibai Bird Center, un observatorio de aves sobre la marisma. Aparcamos para dormir en el aparcamiento que hay en el exterior del museo y desde aquí damos un breve paseo hasta un mirador sobre los humedales, donde con nuestros prismáticos podemos observar aves dentro de una silenciosa caseta de madera.

Día 7: Urdaibai Bird Center - Bosque Pintado de Oma
Desayunamos en la furgo y somos los primeros en entrar al Bird Center. Nos dan unas audioguías para la visita que nos van explicando el recorrido de las migraciones de aves desde el norte de Europa hacia Africa y su paso por los humedales de Urdaibai para descansar o anidar en ellos.

Humedal desde Urdaibai Bird Center
También vemos las actividades del centro como el anillamiento de aves, la restauración de la marisma adecuándola para que las aves acudan allí a descansar. Por último llegamos al mirador del centro sobre el humedal, que cuenta con unos telescopios y una persona que va explicando las aves que vemos e incluso las busca y te las va mostrando. Y ya desde la torre de 18 metros echamos un último vistazo a la marisma en busca de animales, un lugar precioso.



Bosque Pintado de Oma
Comida en la furgo y descanso hasta las 17:00 hora en que ponemos rumbo al Bosque pintado de Oma. Tras una caminata de 30 minutos llegamos al bosque, un lugar espectacular debido a las pinturas que el artista ha diseminado entre los árboles y que has de ir buscando y componiendo desde los lugares marcados en el suelo para ver nuevas formas o círculos, un ojo, unos labios... formados por varios árboles en perspectiva. Un paseo agradable lleno de arte en medio de la naturaleza que por si sola ya es espectacular pero utilizada como soporte del arte es aún más impresionante. Volvemos hacia el parking por el pueblo de Oma entre caseríos antiguos, ganado y molinos de agua. Y para terminar la tarde unas cervezas en la playa de Laida con vistas sobre la ría y los arenales. Desde este lado vemos Suskarrieta, Mundaka, Bermeo y las playas donde hace unos días nos estuvimos bañando. La puesta de sol baña la arena de un color dorado y el agua va subiendo poco a poco tragándose el arenal.

Playa de Laida

Costa de Bizcaia en julio (I)

Día 1: Madrid - Artziniega
Salimos de Madrid sobre las 12:30 y a pesar del calor de los días anteriores, hoy parece que nos da un poco de tregua, así que no hace demasiado calor para viajar. Paramos para comer en Lerma donde encontramos un parque al final del pueblo con sombra, merendero y columpios para los niños.
Artziniega
Después de una breve siesta continuamos viaje hasta Amurrio donde damos una vuelta por el pueblo y tomamos algo para descansar antes de seguir camino hacia Artziniega, villa medieval que conserva un casco histórico peatonales el que da son paseo, compramos víveres para la cena y volvemos al parking que hay a la entrada del pueblo, donde nos disponemos a pasar lo que queda de tarde en el parque con césped y columpios. Un poco de lectura antes de meternos en la furgo para cenar y dormir.


Día 2: Artziniega - Quejana - Bakio 
Desayunamos en un bar del pueblo, huyendo del calor que a las díez de la mañana ya hace en la furgoneta. Habíamos planeado hacer senderos o pero viendo el calor que hace a esta hora cambiamos de planes y nos dirigimos hacia Quejana para ver el conjunto monumental del palacio de los Ayala, una iglesia y un convento de monjas.
Quejana
Junto a la oficina de turismo se encuentra el museo donde brevemente explican la historia de los Ayala, entre los que se encuentra el famoso Canciller Pedro López de Ayala, autor del Rimado de Palacio y el Libro de Cetreria. El palacio alberga la tumba del Canciller que solo se puede visitar concertando una cita con el cura, normalmente en domingo. En la oficina de turismo nos indican que cerca de allí hay un embalse con un merendero, concretamente el embalse de Maroño. Vistas muy bonitas del embalse y la montaña, pero el merendero está lleno de cacas de vaca y de animales que por allí pasan, eso unido al calor insoportable es motivo más que suficiente para abandonar el lugar y dirigirnos hacia la playa. Llegamos a Bakio después de comer y aparcamos en un parking de pago frente a la playa donde decidimos pasar la noche ya que desde las 20:00 hasta las 10:00 del día siguiente no hay que pagar. La playa de Bakio está llena de gente disfrutando de sus aguas, lugar impresionante entremontañas y acantilados. La puesta de sol es preciosa desde el paseo marítimo.

Día 3: San Juan de Gaztelugatxe - Bermeo
Amanece lloviendo y tormentoso, la montaña se cubre de niebla y el calor ha disminuido bastante. Ascendemos por la carretera que con impresionantes vistas sobre la playa de Bakio nos conduce hasta el conocido mirador de San Juan de Gaztelugatxe.
San Juan de Gaztelugatxe
Aparcamos la fugo y nos disponemos a bajar hasta la Ermita desde el bar Eneperi. Comienza de nuevo a llover y el sendero va convirtiendo en un barrizal. Cuando llegamos a la carretera que cruza el puente para subir a la ermita llueve aún más aunque el lugar es tan bonito que iniciamos la subida por los escalones de piedra. Volvemos de nuevo al inicio de la ruta donde es parada obligatoria el restaurante para reponer fuerzas con unos pintxos y secar nuestras camisetas. Llegamos a Bermeo y aparcamos a Manuelita en un área de caravanas que hay al lado del cementerio, desde aquí llegamos dando un pequeño paseo al casco histórico de Bermeo. Atravesando un barrio de pescadores construido sobre el acantilado descendemos hasta el puerto donde nos entretenemos viendo los barcos y descansamos en un parque infantil al que llegamos tras cruzar un arco de piedra. Para dormir volvemos sobre nuestros pasos y hacia Bario y antes de llegar a San Juan aparcamos en uno de los miradores de la carretera que se separa un poco de la carretera principal para pasar la noche. El cielo tiene unos tonos rosáceos entre la lluvia y las nubes que corren delante de nosotros y por encima de los acantilados, regalándonos una espectacular puesta de sol.


San Juan de Gaztelugatxe
Día 4: Bakio - Mundaka - Suskarrieta
Festividad de Santa Magdalena en Bermeo,  donde el pueblo celebra que un 22 de julio los Bermeotarras ganaron la isla de Izaro en una regata a los habitantes de Mundaka. A las doce de la mañana sale una comitiva con la alcaldesa desde el puerto viejo y va hasta el islote seguida de barcos del pueblo para conmemorar aquel día. Llueve sin parar desde que nos levantamos por lo que nos dirigimos al museo Arrantzalen o museo de los pescadores, ubicado en la torre Arcilla y desde el que hay unas vistas estupendas del puerto viejo y de los barcos que van y vienen hacia el islote. Los Bermeotarras van vestidos con ropa tradicional, una camisa azul marino y un pañuelo de cuadros al cuello, tanto hombres como mujeres. 
Torre Ercilla
El museo Arrantzalen nos muestra la vida relacionada con el mar y la actividad de la pesca, pero no solo de los hombres sino también de las mujeres. Iniciamos la visita con un audiovisual en Euskara donde una mujer explica muy emotivamente su vida y la de su familia de cara al mar, lo mismo que cualquier otra familia de Bermeo. Una vez dentro del museo descubrimos una embarcación para pescar, la vestimenta típica con camisa azul y de nuevo un audiovisual en el que las mujeres van dando testimonio de su trabajo como remeras o constructoras de redes para la pesca. Existían además unos turnos de remeras para cuando volvía un barco del mar con la red rota y ellas las arreglaban fuera la hora que fuese, del mismo modo que las tejían al aire libre estuviera nevando o hiciera sol. Mujeres que aprendían el oficio a muy temprana edad y de la mano des madres. Este trabajo se sigue haciendo igual en esta época y las mujeres piden reconocimiento laboral para ellas igual que para los hombres pescadores. Sigue la visita con una trainera que se sigue usando para las famosas regatas. En la planta siguiente la temática del museo esta dedicada a la ballena, a cómo se llevaba a cabo su caza y cómo aprovechaban todo de ella desde las barbas hasta la piel, la grasa, los huesos o la carne. Y por último vemos la creación de una armada en Euskadi durante la guerra civil y asistimos al hundimiento de algunos de sus barcos.
La ciudad está llena de estatuas de bronce diseminadas por el casco histórico mostrando los oficios y las tradiciones de las gentes, mujeres con  cestos en la cabeza transportando frutas o verduras, niños con un burro, gente mirando al mar, un niño y un perro dando la bienvenida a un naufrago...
Comemos en el Casino un menú casero buenísimo y después de un descanso en la furgoneta ponemos rumbo a Mundaka, donde también son fiestas y al llegar al puerto vemos cómo vuelven las barcas con sus gentes vestidas de azul marinero y pañuelo al cuello. Desde el puerto se ve más cerca la isla de Izaro y el otro lado de la ría. Damos un paseo hasta la ermita que parece que se adentra en el mar en medio de una llanura de césped y sobre los acantilados de la costa.
Seguimos por la carretera de la costa buscando un lugar para dormir y paramos en Suskarrieta, en un parque con un chiringuito y una explanada de césped donde al otro lado de las vías del tren descubrimos la playa de Toña y una isla a la que se accede desde una pasarela que también sale del parque.