Día 1: Madrid - Artziniega
Salimos de Madrid sobre las 12:30 y a pesar del calor de los días anteriores, hoy parece que nos da un poco de tregua, así que no hace demasiado calor para viajar. Paramos para comer en Lerma donde encontramos un parque al final del pueblo con sombra, merendero y columpios para los niños.
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Artziniega |
Después de una breve siesta continuamos viaje hasta
Amurrio donde damos una vuelta por el pueblo y tomamos algo para descansar antes de seguir camino hacia
Artziniega, villa medieval que conserva un casco histórico peatonales el que da son paseo, compramos víveres para la cena y volvemos al parking que hay a la entrada del pueblo, donde nos disponemos a pasar lo que queda de tarde en el parque con césped y columpios. Un poco de lectura antes de meternos en la furgo para cenar y dormir.
Día 2: Artziniega - Quejana - Bakio
Desayunamos en un bar del pueblo, huyendo del calor que a las díez de la mañana ya hace en la furgoneta. Habíamos planeado hacer senderos o pero viendo el calor que hace a esta hora cambiamos de planes y nos dirigimos hacia
Quejana para ver el conjunto monumental del palacio de los Ayala, una iglesia y un convento de monjas.
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Quejana |
Junto a la oficina de turismo se encuentra el museo donde brevemente explican la historia de los Ayala, entre los que se encuentra el famoso Canciller Pedro López de Ayala, autor del Rimado de Palacio y el Libro de Cetreria. El palacio alberga la tumba del Canciller que solo se puede visitar concertando una cita con el cura, normalmente en domingo. En la oficina de turismo nos indican que cerca de allí hay un embalse con un merendero, concretamente el embalse de Maroño. Vistas muy bonitas del embalse y la montaña, pero el merendero está lleno de cacas de vaca y de animales que por allí pasan, eso unido al calor insoportable es motivo más que suficiente para abandonar el lugar y dirigirnos hacia la playa. Llegamos a
Bakio después de comer y aparcamos en un parking de pago frente a la playa donde decidimos pasar la noche ya que desde las 20:00 hasta las 10:00 del día siguiente no hay que pagar. La playa de Bakio está llena de gente disfrutando de sus aguas, lugar impresionante entremontañas y acantilados. La puesta de sol es preciosa desde el paseo marítimo.
Día 3: San Juan de Gaztelugatxe - Bermeo
Amanece lloviendo y tormentoso, la montaña se cubre de niebla y el calor ha disminuido bastante. Ascendemos por la carretera que con impresionantes vistas sobre la playa de Bakio nos conduce hasta el conocido mirador de
San Juan de Gaztelugatxe.
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San Juan de Gaztelugatxe |
Aparcamos la fugo y nos disponemos a bajar hasta la Ermita desde el bar Eneperi. Comienza de nuevo a llover y el sendero va convirtiendo en un barrizal. Cuando llegamos a la carretera que cruza el puente para subir a la ermita llueve aún más aunque el lugar es tan bonito que iniciamos la subida por los escalones de piedra. Volvemos de nuevo al inicio de la ruta donde es parada obligatoria el restaurante para reponer fuerzas con unos pintxos y secar nuestras camisetas. Llegamos a
Bermeo y aparcamos a Manuelita en un área de caravanas que hay al lado del cementerio, desde aquí llegamos dando un pequeño paseo al casco histórico de Bermeo. Atravesando un barrio de pescadores construido sobre el acantilado descendemos hasta el puerto donde nos entretenemos viendo los barcos y descansamos en un parque infantil al que llegamos tras cruzar un arco de piedra. Para dormir volvemos sobre nuestros pasos y hacia Bario y antes de llegar a San Juan aparcamos en uno de los miradores de la carretera que se separa un poco de la carretera principal para pasar la noche. El cielo tiene unos tonos rosáceos entre la lluvia y las nubes que corren delante de nosotros y por encima de los acantilados, regalándonos una espectacular puesta de sol.
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San Juan de Gaztelugatxe |
Día 4: Bakio - Mundaka - Suskarrieta
Festividad de Santa Magdalena en Bermeo, donde el pueblo celebra que un 22 de julio los Bermeotarras ganaron la isla de Izaro en una regata a los habitantes de Mundaka. A las doce de la mañana sale una comitiva con la alcaldesa desde el puerto viejo y va hasta el islote seguida de barcos del pueblo para conmemorar aquel día. Llueve sin parar desde que nos levantamos por lo que nos dirigimos al museo Arrantzalen o museo de los pescadores, ubicado en la torre Arcilla y desde el que hay unas vistas estupendas del puerto viejo y de los barcos que van y vienen hacia el islote. Los Bermeotarras van vestidos con ropa tradicional, una camisa azul marino y un pañuelo de cuadros al cuello, tanto hombres como mujeres.
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Torre Ercilla |
El museo Arrantzalen nos muestra la vida relacionada con el mar y la actividad de la pesca, pero no solo de los hombres sino también de las mujeres. Iniciamos la visita con un audiovisual en Euskara donde una mujer explica muy emotivamente su vida y la de su familia de cara al mar, lo mismo que cualquier otra familia de Bermeo. Una vez dentro del museo descubrimos una embarcación para pescar, la vestimenta típica con camisa azul y de nuevo un audiovisual en el que las mujeres van dando testimonio de su trabajo como remeras o constructoras de redes para la pesca. Existían además unos turnos de remeras para cuando volvía un barco del mar con la red rota y ellas las arreglaban fuera la hora que fuese, del mismo modo que las tejían al aire libre estuviera nevando o hiciera sol. Mujeres que aprendían el oficio a muy temprana edad y de la mano des madres. Este trabajo se sigue haciendo igual en esta época y las mujeres piden reconocimiento laboral para ellas igual que para los hombres pescadores. Sigue la visita con una trainera que se sigue usando para las famosas regatas. En la planta siguiente la temática del museo esta dedicada a la ballena, a cómo se llevaba a cabo su caza y cómo aprovechaban todo de ella desde las barbas hasta la piel, la grasa, los huesos o la carne. Y por último vemos la creación de una armada en Euskadi durante la guerra civil y asistimos al hundimiento de algunos de sus barcos.
La ciudad está llena de estatuas de bronce diseminadas por el casco histórico mostrando los oficios y las tradiciones de las gentes, mujeres con cestos en la cabeza transportando frutas o verduras, niños con un burro, gente mirando al mar, un niño y un perro dando la bienvenida a un naufrago...
Comemos en el Casino un menú casero buenísimo y después de un descanso en la furgoneta ponemos rumbo a
Mundaka, donde también son fiestas y al llegar al puerto vemos cómo vuelven las barcas con sus gentes vestidas de azul marinero y pañuelo al cuello. Desde el puerto se ve más cerca la isla de Izaro y el otro lado de la ría. Damos un paseo hasta la ermita que parece que se adentra en el mar en medio de una llanura de césped y sobre los acantilados de la costa.
Seguimos por la carretera de la costa buscando un lugar para dormir y paramos en
Suskarrieta, en un parque con un chiringuito y una explanada de césped donde al otro lado de las vías del tren descubrimos la playa de Toña y una isla a la que se accede desde una pasarela que también sale del parque.