jueves, 30 de agosto de 2018

Semana Santa en Alentejo

Comienza la semana santa 2018 y volvemos de nuevo a Portugal porque nos encanta y nos parece fascinante, además de nuestra intención de descubrir aquellos lugares por los que aún no hemos pasado en anteriores ocasiones. En este caso viajamos al Alentejo.

Día 1: Madrid - Elvas

Ciudad patrimonio mundial que aparece encerrada entre sus murallas y fortificaciones, preservando muchos siglos y civilizaciones en su interior, desde los árabes que construyeron la primera muralla hasta los Templarios e incluso Lord Wellington en el siglo XIX. Todo ello le ha otorgado a la ciudad una serie de fortificaciones abaluartadas con fosos y murallas que van rodeando la ciudad situada en lo alto de un promontorio y volcada hacia sus laderas.

Praça Da Republica

Excelentes vistas desde el mirador del castillo, calles adoquinadas, una picota que da acceso a un arco que te introduce en unas preciosas calles estrechas, amarillas y blancas, llenas de macetas y flores, con un encanto árabe que te transporta a otro siglo. En la Praça Da República encontramos la catedral y la casa de la cultura que está situada en un antiguo Palaço Do Concelho con arcos pintados en amarillo y blanco.
Paseo por las calles de Elvas sin apenas gente y con la mayoría de las tiendas cerradas porque es sábado, excepto tiendas de sábanas y toallas para los turistas. Infusión, lectura, música y descanso en la furgoneta antes de irnos a cenar.
Para cenar elegimos el restaurante O Lagar de cocina portuguesa y que ya conocíamos. Espectacular el arroz de marisco que pedimos pero también los postres y la carne, una delicia cenar aquí. Dormimos detrás del Hotel en un parking pegados a la muralla dentro de la fortificación.

Día 2: Elvas - Vila Viçosa - Évora
El domingo nos dirigimos hacia Évora por las carreteras nacionales que van atravesando campos y pueblos. En medio de canteras de mármol y viñedos atravesamos Borba y paramos en Vila Viçosa, una población dedicada al mármol hasta tal punto que la plaza está enteramente construida con este material, desde los adoquines del suelo hasta los bancos, fuentes e incluso la iglesia y hasta el Palaço Ducal. Visitamos también su castillo que alberga un museo de arte, casas blancas muy cuidadas y encaladas, con balcones decorados con azulejos y pintura azul y amarilla.
Llegamos a Évora a la hora de la comida y aparcamos al lado del acueducto, después de una siesta en la furgo atravesamos la muralla para adentrarnos en una ciudad patrimonio mundial de la Unesco. Casco histórico medieval con algunas ruinas romanas y hasta un templo dedicado a Diana. Merendamos en una cafetería en la Praça Da República y degustamos una Queijada de Lamego y una de Feijoa, por supuesto deliciosas. Paseo por la muralla antes de comprar en un Pingo y dormir en el parking del acueducto.

Día 3: Alcaçer Do Sal - Troia - Lagoas de Santo André
Desayuno frugal en la cafetería del Pingo Doce y ponemos rumbo a la Península de Troia. En el camino hacemos una parada en Alcaçer Do Sal, un pueblo pegado a la ribera del río Sado, de casas encaladas y protegidas por un castillo. Al otro lado del pueblo y del río hay un agradable paseo donde encontramos un Skate Park y un parking lleno de caravanas.
Alcaçer Do Sal
Desde aquí continuamos hasta Troia, adentrándonos en su península de una belleza curiosa entre dunas protegidas que albergan pinos casi al lado del mar y urbanizaciones, campos de golf, apartamentos y hasta un casino, un centro turístico que nos decepciona un poco, pero si te olvidas de ello y paseas por la playa Bico Das Luas te encontrarás en un arenal blanco lleno de gaviotas de una belleza impresionante. Antes de llegar a Troia se puede visitar el pueblo y la Playa de Comporta, desde donde también salen los ferrys que cruzan al otro lado y llegan a Setubal. Para dormir llegamos a las Lagoas de Santo André, dos lagunas separadas del mar por una gran duna. Puesta de sol preciosa, paseo breve por la playa ya que hace frío y cena en la furgoneta puesto que allí no hay ni un sólo restaurante que esté abierto.

Día 4: Sines - Porto Covo
Martes que amanece nublado y frío en las Lagoas aunque después de desayunar sale el sol y queda un día buenísimo. Después de vaciar el depósito del agua de la furgo, cargar de nuevo y echar gasolina visitamos el pueblo de Sines.
Sines
Grata sorpresa cuando descubrimos un pueblito con aires marineros donde nació Vasco de Gama. Un gran puerto y una playa entre dos espigones que convierten sus aguas en tranquilas e ideales para el baño. El centro histórico, peatonal y de calles adoquinadas entre casitas blancas y azules es delicioso, asomándose desde su castillo al mar. Comemos en un bar llamado Ponto de encuentro un menú de comida casera portuguesa. Este bar se encuentra en la plaza frente al castillo y su reloj y al lado de la escuela de música. Pasamos la tarde en la playa Vasco de Gama dibujando el paisaje y tocando el Ukelele para dirigirnos después hacia Porto Covo.
Porto Covo
La carretera que nos lleva a Porto Covo va pegada a los acantilados donde hay varios espacios para aparcar y admirar el paisaje que es espectacular. Llegamos poco antes del pueblo a un parking grande donde dejamos la furgoneta y desde el que hay unas vistas preciosas de toda la costa a la que llaman "las catedrales del mar". Damos un paseo por el sendero que serpentea entre las rocas de los acantilados disfrutando del oleaje y descubriendo pequeñas calas de arena, algunas accesibles con escaleras y otras de difícil acceso o prácticamente imposible. Cena en la furgoneta con el mar rompiendo en grandes olas contra las rocas, produciendo un sonido que se escucha desde la cama.

Día 5: Vila Nova De Millones - Praia Do Carvalhal
Nos levantamos temprano para sentarnos en uno de los bancos que hay diseminados por las rocas y dibujar desde ahí los acantilados y después de desayunar nos dirigimos hacia Vila Nova De Milfontes, un pueblecito de casas blancas y azules como viene siendo tradicional en la costa alentejana, un castillo de 1642 que es propiedad privada y tres playas: dos sobre el río Mira y una que da al Atlántico. Comemos una cataplana de marisco en  Tasca Do Celso y a continuación paseo por un sendero sobre el acantilado antes de ira buscar un lugar para cenar y pasar la noche. Llegamos a Zambujeira Do Mar pero no se puede aparcar la furgo ni en el pueblo ni en la playa así que decidimos seguir hasta Praia Do Carvalhal  para pasar la noche junto a un par de autocaravanas. La puesto de sol es preciosa en esta calita de arena blanca y rodeada de grandes rocas.

Día 6: Odeceixe - Beja
Amanece nublado y con pocas ganas de estar en la playa a pesar de que no hace mucho frío, por lo tanto decidimos ir a ver Odeceixe y sus playas.
Paramos a desayunar en el pueblo anterior, Baiona, en un lugar que venden Paõ alentejano y donde nos comemos unas torradas y un bolo de maça de noz, delicioso todo junto a un par de galãos y una leche con chocolate. Llegamos a Odeceixe para visitar su molino de viento que aun sigue en funcionamiento y situado en la parte alta del pueblo desde donde se divisan las casitas blancas que lo forman sobre un promontorio y sobre el río, todo ello con un sabor árabe que recuerda siglos pasados. Muchos bares para comer en el pueblo, que abandonamos para ir a la playa de Odeceixe, ubicada a un par de kilómetros del pueblo entre el río y los acantilados.
Comemos en un parking que situado en la parte alta del pueblo y desde el que parte el sendero que discurre por los acantilados de la costa. Después de comer caminamos por dicho sendero para hacer una pequeña caminata, que nos permite ver los nidos de las cigüeñas hechos en las rocas de los acantilados. Sobre las siete de la tarde decidimos conducir hasta Beja y así ir acercándonos a España.

Praia de Odeceixe
Día 7: Beja - Mérida
La noche anterior al llegar a Beja buscamos un lugar para aparcar la furgoneta y cenar, estábamos cerca del centro porque anduvimos por alguna de sus calles peatonales y desde donde dormimos podíamos ver la torre del castillo. Desayunamos en una cafetería unas torradas y dulces típicos portugueses junto a un par de cafés para adentrarnos en el casco histórico que por unas callejuelas peatonales te lleva a la Praça Da República y desde ahí hasta el castillo, a cuya torre puedes subir y caminar por sus murallas. Seguimos nuestro paseo y podemos ver una ventana de estilo manuelino, un mural hecho con materiales reciclados de un artista portugués conocido y del que ya habíamos visto otras dos fachadas en Lisboa e incluso entramos en una excavación arqueológica. Comemos en Adega 25 de Abril una bodega típica portuguesa que está a rebosar de gente aunque llegamos en el momento justo y quedaban apenas dos mesas libres. Por la tarde viajamos hasta Mérida adonde llegamos por la noche y aparcamos al lado del Museo de Arte, cerca del anfiteatro y del circo.

Día 8: Mérida - Madrid
Visita al Teatro y al Anfiteatro romano, paseo por las calles de Mérida hasta llegar a la Alcazaba y vuelta a la furgoneta para comer en un bar que había enfrente, servicio horroroso, el bar lleno y la comida bastante mediocre. Por último visitamos el Circo Romano y ya de vuelta a Madrid que se acaban las vacaciones de Semana Santa.

Anfiteatro de Mérida