miércoles, 7 de febrero de 2018

Entre España y Portugal (III)

Ericeira
Nos despertamos en el parking que está antes de llegar a la Praia Foz de Lizandro y desde el que se ve esta espectacular playa que ya desde bien temprano se llena de surferos y escuelas de surf, las vistas desde el acantilado son una maravilla. Después de desayunar visitamos Ericeira, un pueblo blanco, con casas que han conservado detalles antiguos con muy buen gusto, junto a calles peatonales llenas de gente paseando, bares, tiendas de surf, pastelerías... hasta llegar a la playa y al puerto. Comemos en la Praia Sao Lorenzo donde hemos quedado con un Luthier y pasamos la tarde aquí tomando un poco de sol y bañándonos en el agua helada del Atlántico. Vuelta a Ericeira para cenar en  su mercado que ha cambiado los tradicionales puestos por otros estilo Gourmet, donde nos pedimos unas piadinas, sushi y unas cervezas artesanas (Cinco Chegas) que tienen unas etiquetas tan bonitas que nos las llevamos para pegarlas en la furgoneta, son dos pinturas tipo cómic de Lisboa y de Coimbra.
Llega la noche y pensamos dormir en la Praia de Coxos pero hace tanto aire en ese acantilado que se mueve hasta la furgoneta, por lo que damos media vuelta y volvemos a Praia Sao Lorenzo para dormir allí ya que el parking está a nivel de playa y el aire se nota menos.
Ericeira
A la mañana siguiente decidimos seguir por la zona y vamos a pasar el día a la Praia Foz do Lizandro, enorme y con mucho ambiente surfero aunque no hay muchas olas, lo cual suponemos que es bueno para el aprendizaje. La comida en Ericeira en el Club Naval donde primero eliges el pescado que quieres, fresco por supuesto, lo pesan para que sepas el precio y si tienes suficiente para comer y después se lo llevan para ponerlo a la brasa de donde te lo traen para que disfrutes de algo tan delicioso y encima tan barato, que más puedes pedir. De nuevo tarde de playa en Foz Do Lizandro, que ahora ha sido tomada por el Kitesurf, hasta que el frío de la brisa del mar nos obliga a irnos y ponemos rumbo a Sintra donde pasaremos la noche.

Praia Foz do Lizandro

Chalet de la Condesa D´Edla
En Sintra conseguimos aparcar en el centro, en un parking desde el que se ven las chimeneas del Palacio Nacional y que lo normal es que esté abarrotado de turistas, pero como llegamos por la noche apenas hay unas cuantas furgonetas y autocaravanas, es tan confortable el lugar que permanecemos aquí dos días. Al día siguiente de nuestra llegada subimos andando hacia el Palacio Da Pena, caminata recomendable ya que para subir en coche es una locura y en autobús lo mismo, así que unos cincuenta minutos de subida entre villas y palacios antes de adentrarte en la montaña.
Palacio Nacional desde el parking
Cuando llegamos al Palacio compramos la entrada combinada de Palacio y jardines, aunque después nos arrepentimos porque es tanta la gente que hay para visitar el palacio que estamos una hora en la cola y por dentro es bonito pero tampoco tanto, con lo pagando la entrada de jardines lo ves por fuera que es lo realmente espectacular. Los jardines son enormes y merece la pena un paseo por ellos hasta El Chalet de la Condesa D´Edla, un palacete cuyo revestimiento exterior es de corcho, un lugar muy curioso; hasta llegar aquí pasas por lagos, una fuente árabe, invernaderos, secuoyas enormes, helechos, una granja y las caballerizas.
Quinta da Regaleira
A la mañana siguiente desayunamos en Casa Piriquita el típico Travesseiro, un hojaldre relleno con una deliciosa crema de almendra y yema; nos acercamos paseando hasta la Quinta da Regaleira entre mansiones y jardines y aunque no entramos es preciosa también desde afuera, lo dejaremos para la próxima vista ya que estábamos un poco cansados de hacer colas largas para entrar. Volvemos sobre nuestros pasos y seguimos caminando por la Alameda Volta do Duche, un largo paseo lleno de artesanía y artistas locales con sus puestos hasta llegar a la Fábrica das Verdaderas Queijadas da Sapa, donde no podemos resistirnos a tomar un café y unas queijadas, pasteles rellenos con una mezcla de queso fresco, azúcar y canela. Nuestro viaje casi está llegando a su fin, ponemos rumbo hacia Lisboa porque Álvaro quiere conocerlo y al llegar allí aparcamos un poco antes del Mosteiro dos Jerónimos y caemos el tranvía para llegar al centro de Lisboa, comemos y pasamos allí la tarde dando un paseo por Bairro Alto, Chiado, Rossio y vuelta a la furgo bastante cansados para conducir hasta Madrid.


martes, 6 de febrero de 2018

Entre España y Portugal (II)

Puebla de Sanabria
Abandonamos Puebla de Sanabri a por la tarde para dirigirnos a Acebo (Cáceres), un pueblecito de la Sierra de Gata, pero como la distancia es larga y no vamos a llegar antes de cenar, pasamos la noche en Ciudad Rodrigo (Salamanca) y nos quedamos a dormir cerca de la muralla en un parking un poco ruidoso pero muy cercano al casco histórico, lo cual nos permite dar un paseo nocturno y disfrutar d aun concierto de mariachis en la plaza Mayor. Después de un paseo hasta la catedral, subimos por la muralla y volvemos a la furgo después de un día muy largo y cansado. A la mañana siguiente conducimos hasta Acebo adonde llegamos sobre la una del mediodía y nos dirigimos hacia las piscinas naturales de Severo donde hemos quedado con otro amigo para hacer un poco de música antes del concierto de Portugal. Pasamos el día en las piscinas, con su agua helada y refrescante y al caer la noche nos acercamos a Hoyos a disfrutar de una cena y un concierto de guitarra clásica. Para dormir elegimos un parking de tierra situado enfrente del parking desde el que accedes a las piscinas de Jevero y madrugón para viajar hasta Ladoeiro (Portugal) donde tendrá lugar el concierto.

Buddha Eden (Óbidos)
Una vez finalizado ponemos rumbo a Óbidos, en este viaje pasamos por varias zonas arrasadas por el fuego, carbonizadas y llenas de cenizas, e incluso vemos un incendio activo muy cerca de la autopista y coches de bomberos en los pueblos y entre los árboles. Hace demasiado calor y el ambiente es tan seco que el viaje se hace demasiado largo y cansado, por lo que descansamos en Santarem, paseando por su casco histórico totalmente vacío y llegando hasta Portas do Sol, un parque alrededor de la muralla de la ciudad desde el que hay unas vistas estupendas sobre el río Tajo. De nuevo en la furgo conducimos un poco más y llegamos a Óbidos para dormir en un parking de tierra que hay al lado del casco histórico donde hay más furgonetas y caravanas. A la mañana siguiente descubrimos una pequeña ciudad árabe encerrada en una muralla que puede recorrerse andando si careces de vértigo, precioso casco histórico a no ser por las hordas turísticas que lo afean bastante, la calle principal parece un parque temático de Gingiha, dando incluso una sensación de claustrofobia que te invita a salir corriendo de allí, una pena porque es un lugar precioso. Lo mejor una librería situada en una antigua iglesia, frescor, poca gente, silencio y libros, un oasis en medio de las multitudes de las callejuelas. A las afueras de Óbidos podemos visitar el Buddha Edén, un jardín con esculturas gigantes de Buddha. lagos artificiales y reproducciones de los guerreros de Siam, un lugar curioso aunque muy artificial todo y sobre todo calor ya que está situado en medio de los viñedos de la Quinta Dos Louridos, ambos del mismo dueño; Comida en el restaurante Mae D´agua situado en el pueblo El Salobral donde degustamos un arroz linguereira, arroz con navajas, y una botella de vino de la Quinta Dos Louridos, todo buenísimo por no hablar de los postres que son espectaculares (Troxo de ovos y Pao de l´o).
Praia Do Quebrado (Peniche)
Por la tarde llegamos a Peniche para ver la playa Supertubos y para nuestra sorpresa el mar está más tranquilo que el Mediterráneo, aunque no nos importa y después de un pasito playero nos quedamos a adormir allí mismo, lugar solitario y sin ruidos donde descansamos estupendamente. A la mañana siguiente visitamos el casco histórico de Peniche, con un poco de mala suerte ya que nos encontramos el fuerte cerrado así que decidimos hacer una caminata por la muralla del otro lado de la península hasta llegar a Praia do Quebrado donde tomamos un aperitivo en el Bar do Quebrado desde donde se ve la famosa Praia do Baleal y su isla; Por la noche vamos a un concierto de Ana Moura en Expomalveira y desde aquí nos acercamos a dormir a Ericeira.

Entre España y Portugal (I)

El verano de 2017se presentó un poco accidentado, tanto que nos hizo cambiar de planes varias veces. Después de unos días en el camping de El Escorial huyendo del calor de Madrid y planeando a donde ir con Manuelita, decidimos pasar unos días en La Nava del Barco, un pueblo de la sierra de Gredos donde un amigo nos dejó aparcar la furgoneta en un castañar propiedad de otros amigos. Días de descanso frente al agua helada del río en la que te sumerges y sales renovado, días de lecturas, de charlas y de música, de risas y paseos por la montaña. Nuestro siguiente destino fue Barca de Alva en Portugal donde vimos el Duero y sus cruceros a punto de salir a navegar y remontar el río hasta Oporto.
Ciudadela de Bragança
Decidimos entonces continuar conduciendo hasta Mirando Do Douro por una carretera que discurre paralela al cauce del río, con laderas pobladas por viñedos y almendros, atravesando pueblitos encaramados en las montañas. Carreteras secundarias sin apenas tráfico que atraviesan cultivos de calabazas, parras y extensos campos quemados por el fuego de los veranos. Por fin llegamos a Miranda con una luna llena que se refleja sobre el Duero y sobre la presa a nuestros pies. Aparcamos detrás del restaurante O Mohino, un parking con vistas al Duero a sus laderas escarpadas que están ya en España, donde cenamos unas pizzas y unos risois y a la cama que la tenemos enfrente. Al día siguiente visita a la ciudad amurallada, compras en un Pingo Doce, lavandería para la ropa y sobre las seis de la tarde ponemos rumbo a Braganza.

Bragança
Salimos de Portugal para entrar en España y pasamos por el pueblo de Moveros, donde nos topamos con una asociación que canta canciones populares y del folklore de la zona. Son las fiestas del pueblo y este grupo hace una representación de un sainete y una exhibición de danzas y cantos populares de Castilla y de Portugal (Danza de Pauliteiros); Llegamos a Braganza de noche y después de dar un par de vueltas a la ciudad buscando sitio para aparcar encontramos un área de caravanas al lado de la Ciudadela pero está llena así que al final nos quedamos en un barrio cercano bastante silencioso. Por la mañana visita a la Ciudadela y al casco histórico un de sabor medieval encantador.
Rio de Onor
Siesta obligada para conducir después hacia Rio de Onor, precioso pueblo en la frontera con España donde las casas son de esquisto junto a huerto comunales regados por un río, un camping, una casa rural y un par de bares rodeados de casas antiguas del pueblo. Dormimos junto al cementerio y con las campanas de la iglesia tocando cada media hora. A la mañana siguiente destino Puebla de Sanaría viajando entre pinos y montañas donde habita el lobo ibérico, paisaje espectacular de montañas fronterizas en los que apenas nos cruzamos con coches hasta llegar a Puebla de Sanaría lugar muy turístico porque además hay un festival medieval y están engalanando su casco histórico. Comemos en La Posada de la Puebla de Sanaría y nos vamos a descansar a la orilla del río, un espacio con césped y sombras desde donde se disfruta del frescor del agua mientras admiras la muralla y el castillo de la ciudad.

Puebla de Sanabria