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Ericeira |
Nos despertamos en el parking que está antes de llegar a la
Praia Foz de Lizandro y desde el que se ve esta espectacular playa que ya desde bien temprano se llena de surferos y escuelas de surf, las vistas desde el acantilado son una maravilla. Después de desayunar visitamos
Ericeira, un pueblo blanco, con casas que han conservado detalles antiguos con muy buen gusto, junto a calles peatonales llenas de gente paseando, bares, tiendas de surf, pastelerías... hasta llegar a la playa y al puerto. Comemos en la
Praia Sao Lorenzo donde hemos quedado con un Luthier y pasamos la tarde aquí tomando un poco de sol y bañándonos en el agua helada del Atlántico. Vuelta a Ericeira para cenar en su mercado que ha cambiado los tradicionales puestos por otros estilo Gourmet, donde nos pedimos unas piadinas, sushi y unas cervezas artesanas (Cinco Chegas) que tienen unas etiquetas tan bonitas que nos las llevamos para pegarlas en la furgoneta, son dos pinturas tipo cómic de Lisboa y de Coimbra.
Llega la noche y pensamos dormir en la
Praia de Coxos pero hace tanto aire en ese acantilado que se mueve hasta la furgoneta, por lo que damos media vuelta y volvemos a
Praia Sao Lorenzo para dormir allí ya que el parking está a nivel de playa y el aire se nota menos.
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Ericeira |
A la mañana siguiente decidimos seguir por la zona y vamos a pasar el día a la
Praia Foz do Lizandro, enorme y con mucho ambiente surfero aunque no hay muchas olas, lo cual suponemos que es bueno para el aprendizaje. La comida en Ericeira en el
Club Naval donde primero eliges el pescado que quieres, fresco por supuesto, lo pesan para que sepas el precio y si tienes suficiente para comer y después se lo llevan para ponerlo a la brasa de donde te lo traen para que disfrutes de algo tan delicioso y encima tan barato, que más puedes pedir. De nuevo tarde de playa en
Foz Do Lizandro, que ahora ha sido tomada por el Kitesurf, hasta que el frío de la brisa del mar nos obliga a irnos y ponemos rumbo a
Sintra donde pasaremos la noche.
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Praia Foz do Lizandro |
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Chalet de la Condesa D´Edla |
En
Sintra conseguimos aparcar en el centro, en un parking desde el que se ven las chimeneas del Palacio Nacional y que lo normal es que esté abarrotado de turistas, pero como llegamos por la noche apenas hay unas cuantas furgonetas y autocaravanas, es tan confortable el lugar que permanecemos aquí dos días. Al día siguiente de nuestra llegada subimos andando hacia el
Palacio Da Pena, caminata recomendable ya que para subir en coche es una locura y en autobús lo mismo, así que unos cincuenta minutos de subida entre villas y palacios antes de adentrarte en la montaña.
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Palacio Nacional desde el parking |
Cuando llegamos al Palacio compramos la entrada combinada de Palacio y jardines, aunque después nos arrepentimos porque es tanta la gente que hay para visitar el palacio que estamos una hora en la cola y por dentro es bonito pero tampoco tanto, con lo pagando la entrada de jardines lo ves por fuera que es lo realmente espectacular. Los jardines son enormes y merece la pena un paseo por ellos hasta
El Chalet de la Condesa D´Edla, un palacete cuyo revestimiento exterior es de corcho, un lugar muy curioso; hasta llegar aquí pasas por lagos, una fuente árabe, invernaderos, secuoyas enormes, helechos, una granja y las caballerizas.
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Quinta da Regaleira |
A la mañana siguiente desayunamos en
Casa Piriquita el típico
Travesseiro, un hojaldre relleno con una deliciosa crema de almendra y yema; nos acercamos paseando hasta la
Quinta da Regaleira entre
mansiones y jardines y aunque no entramos es preciosa también desde afuera, lo dejaremos para la próxima vista ya que estábamos un poco cansados de hacer colas largas para entrar. Volvemos sobre nuestros pasos y seguimos caminando por la Alameda Volta do Duche, un largo paseo lleno de artesanía y artistas locales con sus puestos hasta llegar a la
Fábrica das Verdaderas Queijadas da Sapa, donde no podemos resistirnos a tomar un café y unas
queijadas, pasteles rellenos con una mezcla de queso fresco, azúcar y canela. Nuestro viaje casi está llegando a su fin, ponemos rumbo hacia Lisboa porque Álvaro quiere conocerlo y al llegar allí aparcamos un poco antes del
Mosteiro dos Jerónimos y caemos el tranvía para llegar al centro de
Lisboa, comemos y pasamos allí la tarde dando un paseo por Bairro Alto, Chiado, Rossio y vuelta a la furgo bastante cansados para conducir hasta Madrid.