martes, 24 de marzo de 2020

Excursión a Berzosa del Lozoya

Berzosa del Lozoya
Aprovechando un par de días no lectivos del mes de febrero nos fuimos a una hora de casa, a visitar la presa del Villar y pernoctar en Berzosa del Lozoya. El viaje hasta este pueblecito madrileño, conocido como el Balcón de la Sierra Norte, lo hicimos desde el Berrueco, por una carretera comarcal que atraviesa la presa de El Villar, una de las más antiguas de la región y a la que al día siguiente llegaremos andando desde Berzosa del Lozoya. Pueblo empinado y de casitas de piedra, con apenas dos bares, un mirador en todo lo alto de la montaña y una zona de vuelo para hacer parapente, unos cuantos alojamientos rurales y un albergue junto a unas instalaciones deportivas municipales y un pequeño frontón cubierto.
Canal de El Villar
Llegamos hacia las siete de la tarde de un viernes y después de un paseo por el pueblo cogemos la furgoneta y aparcamos por detrás del albergue, en una calle de las más llanas que encontramos, cerveza en uno de los bares y después de una cena en la furgo nos vamos a dormir.
A la mañana siguiente desayunamos en el otro bar del pueblo, ambos están en la carretera principal, y nos encontramos con gente que va a hacer la ruta de senderismo que tenemos pensado hacer. Nos dirigimos hacia el final del pueblo donde comienza el sendero y nos dirigimos hacia el pinar de Cassola formado por pinos negros o resineros y llegamos a la encrucijada con la Senda del Genaro por la cual seguimos y enseguida estamos en el Embalse de El Villar. Allí nos comemos un bocadillo mientras descansamos y admiramos la presa y el canal todo de piedra y rocas. Volvemos por el mismo sendero y después de una buena siesta nos acercamos a Buitrago para visitar su castillo y su casco histórico.



Embalse de El Villar

jueves, 12 de marzo de 2020

Escapada a Albarracín y pueblos de Teruel

A pesar de que las navidades pasadas estaban un poco concurridas de eventos, encontramos tres días para salir de Madrid y junto con nuestra Manuelita poner rumbo a Albarracín.
Albarracín
Salimos de Tres Cantos un viernes por la tarde y llegamos a Albarracín sobre las siete de la tarde. Encontramos aparcamiento enfrente del Hotel El Gallo, en un parking situado nada más cruzar el pueblo por el túnel que lo atraviesa, y desde donde comienza la ruta fluvial. Subimos unas escaleras bien empinadas para acceder a la plaza mayor del pueblo y a pesar del frío paseamos por sus callejuelas, para volver a un bar situado en esta misma plaza y en el que descansar de nuestro merecido paseo con unos caldos cerveceros. Cena en la pizzería Monty, buenísimas y caseras, vuelta a la furgo para meterse debajo del edredón que el frío ya se deja sentir en los huesos. 
Casa La Julianeta
A la mañana siguiente desayunamos en un bar al lado del Hotel El Gallo, donde no sólo se está caliente sino que tienen unas tostadas con tomate y jamón de Teruel que te preparan el cuerpo para la caminata que nos espera. Subimos hacia las murallas de Albarracín atravesando el pueblo y sin dejar de observar la curiosa casa llamada La Julianeta, que no se puede visitar por dentro, salvo si lo solicitas ya que actualmente es refugio de artistas. Las vistas desde las murallas son impresionantes, el pueblo de Albarracín encaramado en la montaña con sus casitas apiñadas y marrones.
Albarracín desde las murallas













Senda Fluvial
Hace un día tan soleado que se está de maravilla al aire libre, así que subimos hasta lo más alto de las murallas, para deleitarnos con el paisaje y descansar de la subida pedregosa. Desde allí arriba decidimos bajar hasta el cauce del río para dar un paseo por la senda fluvial.
Albarracín desde la senda fluvial












El sendero comienza en el parking de entrada donde hemos pasado la noche, atravesamos el parque infantil y cogemos el sendero que corre paralelo al río y que rodea el pueblo, hasta devolvernos de nuevo al túnel por el que entramos anoche y desde ahí vuelves a subir por unas callejuelas hacia la plaza, donde nos esperaban unas merecidas cervezas, mientras pensábamos donde ir a comer.
Barranco de los Burros
Nos dirigimos hacia Teruel pero paramos en Gea de Albarracín para comer, no encontramos muchos bares o restaurantes en el pueblo, sin embargo comemos un menú casero en el Mesón El Convento para visitar después el acueducto Romano, en Barranco de los Burros. Caminata cortita pero que merece la pena porque no es un acueducto al uso sino que son unos túneles excavados en la roca por donde en su día pasaría el agua. Puedes incluso caminar por un tramo de estos túneles, que en algunos puntos están abiertos, como pequeñas ventanitas. La verdad es que incluso se te hace corto y es una pena que no sea más largo el recorrido. Puedes visitar otros tramos del acueducto en otros puntos diferentes. En Gea de Albarracín hay un centro de visitas del Acueducto donde te explican todo.
Antes de que se haga de noche queremos llegar a Monteagudo del Castillo donde mi hermano tiene un hotel reservado para pasar la noche. Pequeño pueblo en medio del campo donde encontramos un área de caravanas para pasar la noche y un bar donde tomar unas cervezas y cenar unas raciones antes de irnos a dormir. A la mañana siguiente cambio de planes para dirigirnos hacia Rubielos de Mora, unos de los pueblos catalogados dentro de los pueblos más bonitos de España. Al llegar al pueblo se está celebrando la San Silvestre y los vecinos corren disfrazados por un itinerario que cruza el pueblo, para desembocar en la plaza donde esperan un chocolate con churros  para todos los asistentes. Después de visitar el pueblo subimos a las ruinas de la Ermita Santa Isabel, una horita de paseo entre pinos muy agradable para ir haciendo hambre. Nuestra escapada va llegando a su fin, así que una vez finalizada la comida y su café de descanso, nos ponemos rumbo hacia Madrid con muchas ganas de volver por Teruel y sus pueblos, ya que esto ha sido un aperitivo para posteriores rutas por la zona.