domingo, 29 de mayo de 2016

Semana Santa en Portugal (III)

Día 6: Guimaraes
Amanece muy nublado y con aspecto lluvioso por lo que cambiamos de planes y en lugar de ir a la Serra de Peneda Gêres bajamos de nuevo hacia el sur y concretamente a Guimaraes, ciudad medieval declarada Patrimonio Mundial por la Unesco.
Guimaraes
Sobre las doce de la mañana llegamos a través de carreteras secundarias, evitando el peaje y disfrutando del paisaje verde y de los pueblitos que cruzamos con sus hórreos típicos y sus granjas llenas de animales. Guimaraes es un entramado medieval de calles con suelo adoquinado, que conducen hacia la parte alta del pueblo donde está ubicado el Paço dos Duques de Bragança. A su paso terrazas con gente tomando vino y comiendo así como las tradicionales pastelarias que ofrecen dulces típicos de Guimaraes como el tocino de cielo y dulces conventuales a base de ovos.
Para variar un poco el menú comemos en un restaurante vegetariano llamado  Cor de Tangerina donde nos sorprende sus platos para bien. Enfrente tenemos el Paço dos Duques de Bragança que acoge en su interior un mercadillo medieval con puestos de comida (mayoritariamente dulces) y juegos tradicionales de madera, zancos, cuerdas... Un poco más arriba el Castelo al que se puede entrar sin pagar y darte una vuelta por sus torres y almenas.
Paço dos Duques de Bragança
Detrás del castillo hay un parking al que trasladamos la furgoneta con intención de quedarnos a dormir pero no se puede estacionar de nueve de la noche a siete de la mañana. Se pone a llover muy fuerte y como tenemos que mover de allí la furgo aprovechamos el mal tiempo para viajar y conducimos hasta Coimbra, durmiendo en el camping que está a las afueras de la ciudad entre césped y parcelas de eucaliptos que le dan un olor muy especial.


Día 7: Coimbra
Coimbra
Al otro lado del camping hay un supermercado Pingo adonde acudimos para desayunar en uno de los últimos días que nos quedan. A continuación nos dirigimos hacia la Plaça de la República y aparcamos la furgoneta al lado del parque de Santa Cruz en una calle adoquinada entre casas burguesas del siglo XIX, la mayoría de ellas deterioradas, otras abandonadas y algunas, las menos, en proceso de rehabilitación. Desde allí vemos las escaleras que suben a la plaza Don Dinis y como nos asustan un poco decidimos rodearlas y bajar hacia el mercado donde hay un elevador que cuesta 1,60 € por persona. Nos aventuramos entonces entre callejuelas que nos llevan al barrio de los estudiantes de calles empinadas y pintados muros en casas muy deterioradas. Vemos una República (casa de estudiantes) que parece una casa ocupa y tiene como decoración diversos objetos colgados de sus balcones. Al lado de ella el museo nacional Machado de Castro que tiene un patio con unas vistas del río y de Coimbra muy curiosas.
Universidad de Coimbra
Al otro lado de la calle la Sé Nova y desde aquí llegamos a la plaza Don Dinis con su monumental estatua, para entrar a continuación por la Porta Férrea en el patio de la universidad que es impresionante, con unas vistas preciosas del río. Desde aquí vemos un parque al otro lado del río con un parking para autocaravanas. Seguimos nuestro paseo descendiendo hasta la Sé Velha, catedral que parece una fortificación por su fachada almenada aunque de estilo románico. Continuamos bajando hasta la puerta Almedina o puerta morisca de la ciudad, a través de la Rua Quebra Costas (calle rompecrismas) entre tascas que te ponen Ginja en vasito de chocolate, tiendas para turistas, una casa de Fado y restaurantes... desembocando en el barrio llamado Baixa. Nos acercamos a la Praça do Comercio y buscamos entre callejuelas el restaurante Adega Paço dos Condes, una taberna tradicional barata, con multitud de platos de excelente calidad, pescados y carnes a la parrilla, y dulces típicos como el molotov y la baba de camelo.
Regresamos sobre nuestros pasos para recoger la furgoneta y dirigirnos con ella al parking de autocaravanas al otro lado del río Mondego; al llegar descubrimos allí un museo interactivo de ciencia para niños llamado Exploratio. Álvaro yo pasamos allí un par de horas antes de cerrar y volver a la furgo para descansar y cenar.

Desde el parking de autocaravanas

Día 8: Coimbra - Ladoeiro
Amanece con un sol estupendo que se mantiene mientras deyunamos junto al convento de Santa Clara. Pasamos delante de la exposición Portugal Pequenitos pero no entramos porque nos apetece más callejear otro poco por Coimbra antes de comer e iniciar el regreso a España pasando antes por el pueblo de una amiga, cerca de Castelo Branco, donde pasamos la tarde con su familia y al día siguiente rumbo a Madrid. La última imagen que tengo en la retina de Coimbra es está foto que os dejo a continuación:

Coimbra y el río Mondego


viernes, 27 de mayo de 2016

Semana Santa en Portugal (II)

Día 3: Braga
Llegamos a Braga la noche anterior y aparcamos muy cerca del centro en un aparcamiento de un supermercado Pingo que está fuera de la zona de pago. Desayunamos en su cafetería y nos ponemos morados por muy poco precio, café delicioso, croissants y pastelitos de nata.
Casco Histórico de Braga
No movemos la furgo y nos vamos andando al centro. Nos encontramos con una ciudad llena de iglesias, con un casco histórico peatonal donde abundan las tiendas y los monumentos junto a cafeterías y pastelarias. Nos llama la atención la música clásica que sale de unos altavoces en las calles. Entre paseo y paseo un cafecito a media mañana y pastel de nata que degustamos al sol de una terraza frente a la Sé. Y seguimos paseando hasta la hora de comer, nos dirigimos a la taberna Felix, recomendada en nuestra guía de Portugal y con razón. Yo tomo un bacalao a Minha Moda y Raúl un arroz de pato típico de Braga,y para terminar unos postres espectaculares. Tarde en la furgo tocado la guitarra, leyendo, viendo una película y descansando del turismo de la mañana.

Día 4: Braga - Viana Do Castelo
Nos dirigimos al santuario del Bom Jesus a las afueras de Braga.
Subimos por las escalinatas de mármol blanco y damos una vuelta por los alrededores de la iglesia donde nos encontramos con senderos para caminar, varias grutas artificiales, un par de hoteles y un lago artificial con unas barcas semiabandonadas.  

Embarcadero

Descendemos la escalinata y ponemos rumbo a Viana Do Castelo, la joya de la costa verde. Acceder al centro es casi imposible así que aparcamos detrás del hospital y bajamos al centro a través de unas calles empinadas y empedradas que nos llevan directamente a un pueblecito de casas de pescadores y callejuelas plagadas de tiendas y pastelearais.
Plaza de la República. Viana Do Castelo
Buscamos el antiguo barrio de pescadores y concretamente la calle que va al Castelo donde se ubica la Taberna Valentín especializada en pescados y guisos de pescado. Comemos una caldeirada de pescado riquísima servida en una olla de cobre. !Y como no! postres espectaculares. Paseo por el fuerte para bajar la comida, seguimos por el casco histórico hasta acceder los palacios de la Plaza de la República, calles entoldadas de morado junto a calles alfombradas del mismo color. En la ribera del río encontramos unos columpios para Álvaro que por fin encuentra algo que le gusta. Y para pasar la noche nos dirigimos a una de las playas a las afueras de Viana Do Castelo. Aparcamos a unos dos kilómetros en la Praia Norte y vemos la puesta de sol antes de la cena y película en Manuelita.

Día 5: Ponte De Lima
Nuestra intención era llegar hasta la Serra de Geres, pero el tiempo no acompaña mucho para andar por la montaña, así que decidimos parar primero en Ponte De Lima y descubrimos un pueblo precioso a la orilla del riño Limia, con un puente romano bien conservado y que le da un encanto especial a esta villa medieval con muchos vestigios romanos. Aparcamos la furgo en un parking al lado del río y enfrente del casco histórico. A la orilla del río se encuentran los romanos de la leyenda que creyeron que el río era el Lethes y que cruzándolo se olvidaban de sus pecados.

Puente Romano sobre el río Limia

domingo, 15 de mayo de 2016

Semana Santa en Portugal (I)

Día 1: Madrid - Oporto
Parador de Turismo. Ciudad Rodrigo
A las diez de la mañana ponemos rumbo a Oporto. Nuestra primera parada será en Ciudad Rodrigo buscando un lugar para comer en el casco histórico, que está lleno de gente tomando el aperitivo, después de la misa del domingo de ramos. En la plaza mayor descubrimos el bar Arcos, comida casera y muy rica. Después de un breve paseo por la muralla y por la Torre del Homenaje que perteneció al antiguo Alcazar, hoy convertido en Parador de Turismo, regresamos a la furgo para continuar viaje hacia Portugal.
Sobre las seis de la tarde decidimos hacer una parada en Visseu para estirar un poco las piernas y comer algo.

Catedral de Visseu
Después de un café delicioso paseamos por la calle Dreita que está abarrotada de comercios, hoy cerrados porque es domingo. Callejuelas estrechas y casas con azulejos que suben hasta la catedral donde están preparando un evento de Semana Santa, con tres cruces sobre un escenario en el que probablemente a la noche haya alguna representación religiosa. La catedral es grande e impresiona por dentro con sus naves y sus imágenes un tanto tétricas ya preparadas para las procesiones. Bajamos por otra calle también de comercios para volver a la furgoneta y seguir hacia Oporto adonde llegamos sobre las nueve de la noche para tomar unas cervezas por detrás de la catedral y buscar un lugar tranquilo donde dormir en un barrio cercano al puente de la Arribada donde viene un amigo nuestro.

Día 2: Oporto
Al lado de donde hemos aparcado para dormir hay un supermercado Pingo Doce que tiene una pequeña cafetería, donde desayunamos un café con un pastelito de nata delicioso.
Oporto
Como no queremos mover la furgo vamos al centro en autobús, el cual nos deja en la Plaza da Libertade desde donde subimos hacia la Torre de los Clérigos para callejear después sin rumbo fijo. Pasamos ante la librería Lello, la de Harry Potter, abarrotada de gente haciendo cola para comprar la entrada y para visitarla después. Volvemos a la la plaza y cruzándola seguimos caminando hasta llegar a una calle peatonal llena de comercios donde descansamos en la cafetería que debe ser muy famosa por la gente que hay haciendo cola para entrar, nos sentamos en la terraza porque ahí no hay nadie. Desde aquí llegamos a través de callejuelas y casas con azulejos a la catedral.

Oporto
Cruzamos el puente para admirar las vistas de Oporto desde lo alto y desde Gaia. Bajamos por unas escaleras hacia el río que cruzamos de nuevo por el puente para ir volviendo por los muelles hacia la furgoneta. Nos dirigimos hacia el mercado Bom Suceso a comer, donde ya estuvimos el año pasado y del que nos trajimos un buen recuerdo. Mercado antiguo reconvertido en pequeños puestos de comida y restaurantes con comida para todos los gustos, desde puestos de gourmet, comida italiana, bebida y repostería portuguesa, sushi, tapas españolas... un lugar muy agradable para degustar distintos platos y comerlos en las mesas que están por allí diseminadas.