jueves, 7 de abril de 2016

Costa de Bizcaia en julio (V)

Día 14: Parque Urkiola. Subida al Anboto
Subimos al puerto de Urkiola y aparcamos detrás del santuario, lugar donde empieza la ruta que vamos a hacer hacia el Urkiolamendi.

Subida a Urkiolamendi

Una vez allí continuamos hacia el collado de Azurtxa y desde allí subimos hasta el collado de Zabalandi, pero antes de llegar nos encontramos con un sendero que sube al pico Anboto entre rocas y al que hay seguir a través de los hitos que a veces van desapareciendo.

Pico Anboto desde Urkiolamendi
Cuando conseguimos llegar al pico disfrutamos de unas vistas estupendas. Comemos allí arriba nuestros bocadillos y descendemos entre cabras, caballos, y vacas hacia el parking, donde vamos a quedarnos a pasar la noche.
El regreso a la furgoneta lo hacemos bordeando el Urkiolamendi por un sendero mas llano aunque da un poco más de vuelta.
En el complejo alrededor del santuario hay un par de restaurantes y de hoteles, allí nos dirigimos a descansar y tomar una cerveza después de tan larga caminata.

Vistas desde el Saibi
Día 15: Parque Urkiola. Subida al Saibi
Cruzamos la carretera al otro lado del santuario para andar por ese lado de la montaña. En uno de los paneles informativos observamos la ruta del Saibi, un pico cercano y que tiene un monumento homenaje a los caidos en los bombardeos de la guerra civil sobre Guernika que esta muy cerca. Sin embargo la llegada hasta el Saibi nos pareció muy poco y decidimos seguir por un sendero para hacer una ruta circular y no volver por el mismo lado. La falta de agua y la perdida del sendero en varias ocasiones, una de ellas casi acaba con nosotros perdidos, fueron motivos de peso para dar la vuelta y volver entre tábanos y un calor asfixiante. Las vistas desde el Saibi merecen la pena pero la continuación no es recomendable.

Día 16: Bilbao
De camino a Madrid decidimos parar en Bilbao para echar un vistazo al Guggenheim, que aunque ya lo conocíamos no habíamos visto aún la araña que han puesto recientemente  por fuera y siempre hay alguna exposición temporal que merece la pena, como fue nuestro caso. Llegamos a la hora de comer y entramos al museo por la tarde, vimos dos exposiciones sin agotarnos demasiado que luego había que conducir de regreso a casa.



miércoles, 6 de abril de 2016

Costa de Bizcaia en julio (IV)

Día 11: Zumaia
Amanece lloviendo y con una niebla que apenas te deja ver la montaña. vamos hacia Deba pero no encontramos modo de aparcar por lo que continuamos hasta Zumaia.
Costa de Zumaia
Mañana muy lluviosa que aprovechamos para hacer compras de comida y hacer turismo gastronómico. La vinoteca Idoia nos sirve de refugio de la lluvia entre vinos y pintos. Salimos para comer en otro sitio pero está lleno de gente así que volvemos a Idoia y comemos allí un rodaballo salvaje delicioso, después siesta en Manuelita y sobre las 18:00 nos acercamos al centro de interpretación de Aigorri que supone una decepción porque está fatal explicado y la mitad de las cosas no funcionan. Sigue lloviendo pero decidimos seguir la visita así que subimos a la Ermita se San Telmo desde la que hay unas vistas preciosas de los acantilados. Caminamos por un sendero que lleva a la punta del Aigorri y desde ahí descendemos por un camino lleno de barro hacia los famosos Flysch. Regreso a la fugo que la llevamos hasta el aparcamiento de autocaravanas en el puerto donde pasamos la noche.

Dia 12: Zumaia - Zestoa
Amanece nublado después de una noche de lluvia intensa, hecho que aprovechamos para dar un paseo por el espigón del puerto todo a lo largo de la desembocadura del río Urola. En la punta del espigón un panel explicativo de las montañas y de las poblaciones desde el cabo Matxitxaco que se observa desde aquí. Comemos en Justa Taberna al lado de la iglesia, comida casera buenísima y abundante, te sacan la fuente de comida para que repitas y te aconsejan sobre lo que tienen. Sidra vasca para beber y unos postres caseros deliciosos y todo por 13 euros el menú.
Zestoa
Por la tarde cogemos la fugo para ir hasta Zestoa y entrar en el balneario. Cuando llegamos apenas queda tiempo ya que cierran a las 18:00 pero contratamos un tratamiento para el día siguiente y nos vamos al pueblo a dar una vuelta por las afueras ya que el entorno es maravilloso entre verdes valles y montañas. El puente antiguo que conduce al lavadero y al palacio de Lili, al lado derecho del puente y un camino que va por loas antiguas vías del tren hacia la izquierda y que lleva también al balneario, son dos paseos que nos ocupan toda la tarde mientras buscamos un lugar que nos guste para dormir. Finalmente elegimos en la antigua estación de tren de Zestoa que ya no funciona y está al do del balneario y de la ruta por las vías del tren.

Antigua estación de Zestoa


Día 13: Balneario de Zestoa - Durango
Pasamos la mañana en el balneario con el tratamiento contratado, exfoliante, arcillas, masaje, bañera de hidromasaje y piscina de chorros a la que dejan pasar a Álvaro.
Paisaje de Zestoa
Altamente recomendable para relajarse y disfrutar, la piel se queda superlimpia y muy suave, el masaje es estupendo. Volvemos a comer a Zumaia y al no encontrar abierto el Justa Taberna vamos al Idoia y terminamos esta mañana estupenda con pintxos, vinos y unas raciones. Por la tarde conducimos hasta Durango, ciudad muy pequeñita cuyo casco histórico vemos mediante un breve paseo, llueve intensamente y hace un poco de frío. Nos vamos a las afueras buscando un lugar para dormir y paramos en Izurtxun a pocos kilómetros y en dirección al Urkiola.



martes, 5 de abril de 2016

Costa de Bizcaia en julio (III)

Dia 8: Elantxobe - Lekeitio
Elantxobe
Nos despertamos mirando al mar desde el mirador sobre el pueblo de Elantxobe donde aparcamos anoche. Bajamos a desayunar al puerto desde donde podemos observar el pueblo y sus casas suspendidas en los acantilados y casi en vertical por encima de nosotros. Es domingo y el puerto está lleno de gente bañándose, tomando el sol en el malecón o pescando. Después de un breve paseo nos dirigimos a la playa de Lekeitio pero en el camino pasamos por un pueblo que nos llama mucho la atención, Ea, así que aparcamos a las afueras para ir a su playa. El pueblo tiene dos calles peatonales que terminan en la playa y en el puerto, ambos muy chiquititos y abarrotados de gente sobre todo a lo largo del malecón donde se encaraman con las toallas y sombrillas. Para bañarse hay que bajar unas escaleras que dan al mar y desde ahí nadar en un agua helada que te refresca al instante. Los más pequeños se bañan en un par de playas que hay al final de este pequeño brazo de mar. Comida en la furgo y después de un merecido descanso con lectura, música y juegos llegamos a Lekeitio sobre las 18:30 y está abarrotado. Nos cuesta encontrar aparcamiento e incluso tampoco encontramos el parking de caravanas pero finalmente conseguimos dejar a Manuelita; después en la oficina de turismo nos indicarán como llegar y allí pasaremos la noche.
Lekeitio
La playa de Lekeitio es enorme, desde ella se puede llegar a una pequeña isla paseando por un espigón recientemente construido. Como es por la tarde nos encontramos con una playa inmensa, al lado el puerto y sobre él las casas antiguas de pescadores y el casco histórico con su iglesia dominándolo todo. Esta parte aparece muy animada con gente paseando, tomando algo en las terrazas e incluso la banda ofrece un pequeño concierto en la plaza del puerto. Dormimos en el área de caravanas, allí descubrimos una toma de agua para la cual necesitas una ficha que te venden por un euro en la oficina de turismo y puedes repostar 120 litros, eso sí tienes que llevar manguera porque solo hay grifo.

Día 9: Ondarroa - Mutriku
Llegamos a Ondarroa por la sinuosa carretera de la costa para encontrarnos de nuevo un pueblo volcado hacia el puerto con sus casas de pescadores y al lado la playa desde la que también se accede a la Playa de Santurrán donde admiramos la formación geológica denominada Flysch negro. Pasamos un buen rato en la playa jugando con un skyline y Álvaro se hace amigo de dos niños. Después  le entra la morriña y quiere volverse a Madrid porque dice que no tiene amigos, un poco de cansancio y tristeza que hace de este día uno de los peores para él. Tras la comida se queda jugando en los columpios de un parque hasta que decidimos marcharnos hacia Mutriku.
Mutriku
Casco histórico antiguo, de calles estrechas y un entramado de plazas donde el turista se mezcla con la gente del pueblo. Usamos el final de la tarde en un lado de la montaña donde desde lo alto vemos todo el pueblo, el puerto y la montaña de enfrente en la que se encuentra el camping. Para dormir bajamos hasta la playa donde hay una zona para autocaravanas al lado del puerto, así que por la noche después de cenar damos un breve paseo hasta el puerto desde el cual y casi en vertical por encima de él se sitúa el casco viejo de Mutriku.

Día 10: Mutriku
Puerto de Mutriku
Desayunamos al sol en un chiringuito del puerto y abandonamos el parque de caravanas antes de las 10:00 porque a esa hora hay que pagar, sin embargo como es muy temprano podemos aparcar en el puerto al lado de la zona de baño enfrente de donde hemos desayunado. Nos dirigimos hacia el museo Nautilus que está en la parte alta del pueblo donde vemos fósiles de amonites y de nautilus que hoy todavía existen algunos. Estamos solos en el museo y la mujer que allí trabaja nos enseña un montón de fósiles y nos explica cada uno y podemos tocarlos, cogerlos, ver diferentes tipos de amonites, plantas, petróleo fosilizado, almejas...
Playa de Mutriku

Volvemos hacia el puerto para ponernos los bañadores y comemos en la playa de Mutriku; tarde de sol, baños en la playa y en la zona destinada a baños del puerto que es como una piscina gigante con olas. Sobre las siete de la tarde, ducha y paseo por el espigón mientras comemos un helado. Al volver a la furgo vemos que hay gente cenando sardinas a la parrilla en el chiringuito del puerto pero se las están haciendo ellos, para cenar hay que ir poco más allá a la Cofradía de Pescadores donde en el restaurante llamado Kofradi y en una brasa de carbón sirven chicharros y sardinas espectaculares. Esperamos un poco porque hay mucha gente pero merece la pena porque esta todo buenísimo. Y dormimos en el mismo lugar de la noche anterior.