viernes, 9 de octubre de 2020

Cantabria (III)

 Día 10: Ruente - Ucieda - Cabuérniga - Barcena Mayor

Nos gusta tanto esta zona que decidimos quedarnos y explorar un poco más el Valle del Saja. Esta mañana hemos ido corriendo hasta Ucieda desde Ruente llegando concretamente al Barrio de Arriba, desde el que localizamos una senda que entre cultivos llega al Barrio de Abajo y de ahí a la carretera principal, que nos devuelve de nuevo al inicio de nuestra ruta, el parking donde hemos pasado la noche. Después de la ducha y un café cogemos la furgoneta para visitar Barcena Mayor, haciendo una primera parada en Cabuérniga, capital del valle. Aquí nos encontramos de nuevo con las casonas cántabras de piedra, compramos queso Gomber de la cercana fábrica y seguimos descendiendo por los encantadores pueblitos del valle hasta llegar a Barcena Mayor.

Barcena Mayor está abarrotada de gente, el parking de la entrada apenas tiene sitio para aparcar aunque después de un par de vueltas conseguimos un sitio y como es la hora de comer no nos atrevemos a entrar al pueblo, comemos en le furgoneta y después de la ya tradicional siesta nos ponemos en marcha hacia el pueblo. Buena elección ya que las hordas turísticas habían casi abandonado el pueblo, aunque todavía quedaban algunos rezagados que empezaban a comer y eran las cinco de la tarde. Hermoso pueblo muy bien conservado, es otro de los pueblos más bonitos de España, con casonas de piedra, calles peatonales, flores en los balcones de las casas pintados de negro, junto a restaurantes que ofrecen la comida típica de la zona.
  
Todo está tan reluciente que parece que no viva nadie, con una aire de parque temático artificial que me repele un poco. Salimos del pueblo para hacer una ruta hasta la "Poza negra" que como no está señalizada no sabemos encontrarla, pero seguimos caminando en medio de un paisaje precioso siguiendo el curso del río. 
Volvemos a dormir a Ruente porque en realidad no hay otro sitio mejor en la zona, una explanada de hierba y árboles al lado del ayuntamiento y desde donde comienza la ruta que haremos al día siguiente. Por la noche antes de dormir damos un paseo por Ruente llegando a la Fuentona iluminada y recorriendo sus calles bajo la luz de la luna.

Día 11: Ruente - Monte Aá
Iniciamos la ruta de senderismo desde el parking en el que llevamos ya dos noches durmiendo. Comienza la ruta entre granjas de vacas tudancas con algún toro suelto que nos aparece en medio del sendero. Fuerte subida hasta el Monte Aá desde el que se ve a un lado Ruente y al otro lado Cabezón y Santibañez. Hay unas nubes arriba que no nos dejan ver muy bien pero en un momento se despeja todo y podemos observar la belleza de ambos valles. La bajada es un poco tortuosa y empinada pero en unas cuatro horas desde el comienzo llegamos de nuevo a nuestra casita con ruedas. Por la tarde una merienda en "La oca del océano" recomendable tetería con unas tartas buenísimas, tés y batidos de frutas, unos cocktails muy apetecibles y una decoración asombrosa en una casona al pie de la carretera principal de Ruente.


Día 12: Carmona - Valle del Nansa - Prellezo
Por fin abandonamos Ruente para ir hasta Carmona y descubrir al llegar que ya habíamos estado allí dos años antes cuando fuimos a Tudanca. Seguimos hasta Puentenansa donde paramos a desayunar y a hacer unas compras, siguiendo por carretera hasta Sobrelapeña, punto en el que nos desviamos siguiendo el río Lamason y el camino Lebaniego, hasta continuar por la senda del Nansa llegando a Los Tánagos, hacer una parada y aparcar en la ría Tina Menor cuyo paisaje es precioso, con barquitos y una vegetación que va formando isletas entre el barro. Vamos andando hasta la Playa del Sable que se encuentra al final de la ría antes de llegar al Cantábrico. Preciosa playa, muy ancha y tranquila donde se practica padre surf y navegan barquitos hacia el mar. 

Vuelta a la furgo para comer y descansar ya que a la tarde nos acercaremos a Prellezo y hacia la Playa de Berellín aunque antes damos un paseo por los acantilados buscando un castro antiguo que supuestamente estaba allí, pero del cual apenas quedan restos en una finca con alambrada y ovejas.
Buscando un lugar para dormir vemos que en el acantilado sobre Berellín hay muchas autocaravanas aparcadas pero descubrimos que es de pago y encima esta abarrotado, por lo que seguimos buscando entre los acantilados de Prellezo y decidimos quedarnos en un camino que lleva a la Punta del Moro. Precioso lugar con vistas espectaculares sobre el mar y los acantilados y al lado de un prado lleno de vacas que casi llegan hasta la furgoneta atraídas por las notas de la guitarra de Raúl.

Día 13: Playa de Fuentes - Mirador del Remedio
Nos levantamos mirando al mar y es tan bonito todo lo que vemos que nos entran ganas de correr. Nos ponemos nuestras zapatillas y hacemos una ruta corriendo hasta la Playa de Fuentes. Aunque en un momento dado corremos por carretera, se pueden ver los Picos de Europa durante un momento en que sale el sol y las nubes aun no los han cubierto. Desde la Playa de Fuentes encontramos un camino que va paralelo a la costa y corriendo entre los acantilados nos lleva a la Playa de Berellín, a la cual bajamos para observar lo bonita que es y desde allí volver a Prellezo y a nuestra furgoneta. Merecido desayuno de la Royal III, la casa de las corbatas de Unquera, situada al borde de la carretera nacional que nos lleva ya de vuelta a San Vicente de la Barquera. Segunda oportunidad para esta localidad que ahora nos gusta un pelín más, sobre todo su casco histórico con la Iglesia y el castillo aunque está tan llena de turistas que salimos de nuevo en estampida.

Queremos pasar una tarde tranquila por lo que buscamos un lugar al lado del mar para quedarnos y dormir también allí. Atravesamos una vez más Comillas y llegamos al Mirador del Remedio cerca de Liandres. Como la tarde es larga no podemos evitar dar un paseo andando hasta Comillas, tomarnos unos helados Regma y volver a la furgoneta justo para la puesta del sol, momento en que el mirador se llena de coches, autocaravanas y furgonetas para disfrutar de la puesta de sol. Momentos después y cuando ya es de noche comienza una lluvia que no para en toda la noche y sigue incluso al día siguiente para despedir nuestro viaje por Cantabria.





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